Tres décadas atrás, un ingeniero químico se propuso crear una empresa dedicada a la elaboración de ingredientes y aditivos alimenticios en la cual los fabricantes del rubro encontraran respuestas a sus necesidades de innovación, servicio y calidad. Fue así cómo nació Laboratorios Basso.
En este artículo, te invitamos a descubrir la historia de nuestra compañía y los productos que marcaron nuestra evolución, así como a conocer cuáles son los desafíos que presenta el rubro heladero y las tendencias que caracterizarán el futuro de este segmento.
Si existe una persona que puede contar el devenir de Laboratorios Basso, es, sin dudas, nuestro fundador, el Ingeniero Lucio A. Basso.
Por eso, a continuación, compartimos una breve entrevista en donde relata los inicios de nuestra empresa y su crecimiento, así como los retos actuales de la industria.
“Como dice Joan Manuel Serrat, «de vez en cuando la vida se nos brinda en cueros y nos regala un sueño tan escurridizo»… el sueño que nos regaló fue poder darle forma a nuestro emprendimiento”. Así evoca Lucio los orígenes de la compañía.
Por el año 1978, trabajaba como director en el sector de desarrollo de productos de una firma que estaba muy ligada a la actividad heladera. La compañía era líder en la fabricación de envases y cucuruchos, abasteciendo a todo el país e incluso exportando su producción.
Mientras estuvo en esta organización, Lucio llevó a cabo todos los desarrollos que le encomendaron para ampliar la capacidad de venta en el mercado, que, paradójicamente, tenían que ver con la elaboración de helados. Lamentablemente, como consecuencia de la situación económicamente adversa que atravesaba Argentina y los problemas financieros que ocasionó, en el año 1983 la empresa presentó la quiebra.
En ese momento, Lucio ya no era empleado, sino que se había convertido en asesor. Lejos de resignarse, buscó sobreponerse a la situación. Por eso, conversó con los directivos de la empresa para consultarles si podría contactar a sus distribuidores, quienes habían quedado “huérfanos” de proveedor.
“Ellos me dijeron que no había ningún problema y, de alguna manera, ese fue el punto de inicio de nuestra actividad. Naturalmente, por una cuestión de ética tuve que volver a crear productos, dado que los desarrollos anteriores pertenecían a la empresa para la cual yo ya no trabajaba. Entre el nuevo grupo de productos estaban los helados dietéticos, porque ya desde ese tiempo la idea era elaborar insumos e ingredientes saludables, es decir, que pudieran ser consumidos por personas que, por motivos de salud, no podían comer helados tradicionales”.
Lucio recuerda que esa época fue bastante dura, ya que, además de tener que mantener a su familia, no contaba con un capital para abordar la nueva tarea. Sin embargo, con la ayuda de los distribuidores que lo apoyaron, pudo iniciar su emprendimiento.
Con empeño, dedicación y paciencia fue ganando clientes, expandiendo su alcance a través de presentaciones en exposiciones y organización de cursos para fabricantes y especialistas de la industria. Esto ayudó a que su nombre ganara presencia en el mercado.
Los esfuerzos dieron sus frutos: en el año 1989 decidió lanzar Laboratorios Basso S.A., una sociedad anónima en la cual los socios son Lucio y su mujer María Eugenia Prandi, quien lo acompaña hasta el día de hoy.
“Desde el año 1992 estamos en nuestra sede actual, una propiedad que adquirimos y acondicionamos”, y que está localizada en el barrio de Barracas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En 2008, la empresa familiar incorporó a la Licenciada Flavia Basso, hija del matrimonio fundador. Una incorporación fundamental por el aporte de su experiencia y juventud para dar continuidad a los emprendimientos y expandir los desarrollos innovativos en lo técnico y comercial.
Si bien la firma atravesó diferentes inconvenientes, los principales retos tuvieron que ver con aspectos edilicios y económicos.
“Cada cosa que se hace tiene que ser autorizada y aprobada por la autoridad sanitaria. Esto implica que es necesario prestar atención a la ley vigente, a fin de adecuarse a ella”, indica el fundador de nuestra empresa.
Por otro lado, también debieron sortear escenarios económicos adversos. “Así como sucedió con numerosas compañías argentinas, hemos padecido altibajos, como, por ejemplo, dos hiperinflaciones, con muchísima dificultad, tocando fondo y volviendo a resurgir. Con criterio y ajustando el cinturón cuando hizo falta pudimos sortear estos problemas”, cuenta Lucio.
Nuestra empresa desarrolla productos y compuestos que facilitan la tarea del fabricante de helados. Elaboramos productos que atienden condiciones especiales de los consumidores y están orientados hacia la salud. De esta forma, inspiramos a los heladeros a fabricar productos que se adecuen a las necesidades de las personas que, por ejemplo, no pueden consumir alimentos con gluten o con exceso de azúcares, grasa o contenido mineral.
“Esto es, sin dudas, lo que nos distingue de la competencia”, sostiene Lucio, y agrega, “además, tenemos productos que son de tipo commodity y que son de alto valor también para elaborar helados tradicionales”.
Otro de los diferenciales de la empresa tiene que ver con la calidad de los productos desarrollados.
“Para nosotros, el sostenimiento de la calidad de los productos a lo largo de los años es una premisa. Podemos alcanzar este objetivo porque seleccionamos proveedores que en sí mismos sostienen la calidad de sus insumos en el tiempo, comulgando con nuestro objetivo. A su vez, enviamos los productos a laboratorios de terceros para convalidar su calidad”, indica Lucio.
Por otro lado, en Laboratorios Basso ofrecemos asesoramiento personalizado, característica que también nos permite desmarcarnos de la competencia.
En este sentido, Lucio cuenta los detalles de la atención: “Una vez que un interesado nos contacta para consultarnos acerca de un determinado insumo, llevamos adelante un proceso de exploración profunda sobre sus objetivos y los productos que quiere fabricar a fin de indicarle cómo nosotros podríamos, con nuestros insumos e ingredientes, serle de utilidad. En realidad, más que vender ayudamos a comprar”.
Finalmente, la innovación nos ha acompañado a lo largo de los años, tanto en los inicios como en la actualidad. Además de mantener en funcionamiento la compañía, la mentalidad de vanguardia nos posiciona como una referencia dentro del mercado.
“Los productos masivos, tipo palito, los impulsivos, han crecido notablemente en los últimos años, tanto en la heladería industrial o semiindustrial, ganando presencia en todos los kioscos del país”, apunta el fundador de Laboratorios Basso.
Y agrega: “antes el helado estaba limitado al verano y a la primavera, estaciones en las cuales se comercializaba en las heladerías artesanales. El cambio tecnológico más importante lo ha provocado la inclusión de freezers en las heladeras hogareñas. Gracias a este avance, la gente pudo almacenar y consumir el helado en sus hogares, independientemente del momento del año que sea. Esto permitió ampliar la venta de los productos, que empezaron a venderse en supermercados”
Hasta hace unos 15 años, el helado sólo se concebía con azúcar, agua o leche, crema, frutas, etc. como ingredientes. Luego, los helados sin azúcar como nuestro Gelato Zero comenzaron a tener más presencia y hoy en día, ya se consideran como “helado” a las preparaciones para consumir a temperaturas bajo 0°C con características muy diversas en cuanto a los ingredientes o aspectos nutricionales, como por ejemplo, helados con alto valor proteico, o muy bajo en grasas, o muy alto en grasas y bajo en hidratos de carbono, en fin, un abanico bastante amplio de variantes que satisfacen diferentes necesidades nutricionales u opciones de vida como es el caso de los veganos.
Otra tendencia es la de montar heladerías o fábricas de helado totalmente libres de gluten en las que es muchísimo menos probable que ocurra un incidente de contaminación cruzada.
“Trabajar en estos desarrollos es una tarea ardua, pero afortunadamente hemos tenido muy buenos aciertos, ya que, gracias a ellos, nuestros clientes pueden fabricar helados dietéticos sin TACC, bajos en materia grasa y sin azúcares. Esto nos pone en una situación ventajosa frente a la competencia”.
Con respecto al futuro, Lucio sostiene que la heladería artesanal volverá a tomar protagonismo, augurando un porvenir promisorio.
Hoy en día, uno de los retos centrales consiste en ajustarse a la nueva ley de etiquetado frontal de los alimentos envasados, que obliga a los productores a informar a los consumidores acerca del exceso de azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías colocando advertencias estos símbolos en la cara frontal de los envases.
En este sentido, Lucio advierte que la actividad de la empresa en este momento está orientada a buscar los ingredientes adecuados para que el producto terminado sea libre de octógonos, que tenga “etiquetas limpias”. Además, comenta que están trabajando para que los helados regulares también puedan estar dentro de esa gama de productos.
“Todo empieza con la planificación. Lo primero es hacer un plan de negocio”, porque solo así se podrá ver en detalle todos los pro y los contra que el emprendimiento trae aparejado, señala el responsable de la compañía.
“Hay que tener en cuenta la parte impositiva porque los pagos asociados al fisco representan un gran porcentaje de la utilidad”.
Otro punto central para iniciar una heladería es el capital. “Se requiere un capital importante para llevar a cabo este tipo de proyectos, porque hay que conseguir el equipamiento adecuado para que los productos alcancen los mejores resultados y satisfagan las expectativas de los consumidores”, agrega Lucio.
Por último, es necesario crear en el local un espacio físico agradable, con una amable y profesional atención al público. No obstante, esto debe estar acompañado por una oferta de producto de calidad porque, tal como dice el fundador de Laboratorios Basso, “de nada sirve tener un espacio bellísimo si los productos son mediocres”.
No solo las palabras del creador de la compañía cuentan su historia. Sus desarrollos también tienen la capacidad de hacerlo.
A continuación, te presentamos la línea de tiempo de los productos de Laboratorios Basso:
Más de 30 años de experiencia desarrollando fórmulas de materias primas y aditivos de uso artesanal e industrial que hacen posible la fabricación de productos de las industrias heladera, repostera y gastronómica nos avalan. Si querés conocer más sobre cómo Laboratorios Basso puede contribuir al crecimiento de tu negocio, contactanos.